Para promover la tolerancia, el respeto y la convivencia pacífica entre los estudiantes, surge la necesidad de poner en foco una problemática que afecta a miles de jóvenes en todo el mundo: el bullying.
Recientemente se conmemoró el Día Escolar por la Paz y la No Violencia, momento en el que es fundamental reflexionar sobre el bullying, uno de los temas más preocupantes en el entorno educativo. Esta problemática afecta a niños de todas las edades y puede dejar secuelas emocionales y psicológicas profundas. La Dra. Paula Zomosa y el Dr. Elías Arab, ambos Psiquiatras Infanto Juvenil de Medicop, nos guían en la identificación de signos de alarma y en cómo abordar tanto a las víctimas como a los victimarios, para crear un ambiente escolar seguro y libre de violencia.
Cuando tu hijo es víctima
De acuerdo con la Dra. Zomosa, los niños sometidos al bullying pueden exponer transformaciones emocionales y comportamentales que merecen atención. Entre estos signos de alerta se cuentan síntomas depresivos, ansiedad, irritabilidad, trastornos alimentarios, bajo rendimiento académico y rechazo a acudir al colegio. En el ámbito social, el aislamiento o la súbita pérdida de amigos podrían ser indicios. En situaciones graves, los niños incluso podrían llegar a manifestar conductas suicidas. Además, los síntomas físicos como cefaleas, dolores abdominales y fatiga, podrían manifestarse debido al estrés emocional ocasionado por el acoso escolar.
La especialista destaca la importancia de crear un espacio de confianza y apoyo que permita a un niño compartir su experiencia de bullying. Acercarse a él sin ejercer presión y brindarle la oportunidad de expresarse abiertamente sobre lo que está ocurriendo, puede marcar una diferencia fundamental. Esto es muy simple, y puede ser a través de preguntas tales ¿cómo es el recreo u hora de almuerzo?, ¿qué opinas de los otros niños de tu curso?
Los adultos deben dejar claro que el bullying no es una situación normal y que están dispuestos a intervenir para ayudar. Si el niño enfrenta dificultades al hablar, es esencial ofrecer la opción de entablar una conversación con un profesional de salud mental, como el psicólogo del recinto escolar. “En caso de que exponga un relato, se debe validar su valentía por atreverse a hablar del tema y explicarle sobre la necesidad de tomar medidas”, asegura la Psiquiatra de Medicop.
Elias Arab, Psiquiatra de niños y adolescentes, considera que los padres deben instaurar una enseñanza para que los “niños y adolescentes puedan pedir ayuda cuando estas situaciones de violencia se den en el contexto escolar, ya sea en el interior del colegio, o también por las redes sociales”, asegura el Psiquiatra.
Cuando tu hijo es victimario
Si bien, para los padres puede ser difícil reconocer y aceptar que un hijo(a) hostiga a otros, hay ciertas señales que pueden dar cuenta de la situación. Los niños pueden mostrar un modo agresivo de resolución de conflictos, actitudes intimidantes, baja empatía, impulsividad y dificultades para seguir reglas. Además, puede haber sido víctima de maltrato o intimidación en otros contextos, lo que gatilla su conducta de bullying, según explica la Dra. Zomosa.
En cuanto al actuar de los padres de los niños que ejercen bullying, la Psiquiatra de Medicop aconseja contactar al colegio para conocer más detalles sobre la situación y trabajar de manera coordinada. Explorar las emociones del niño y validar sus sentimientos mientras se enfoca en las conductas inadecuadas puede ayudar a promover un cambio positivo. En cuanto al trato, es crucial “tener cuidado en no referirse al niño o niña como alguien “inadecuado o malo”, sino que más bien focalizarlo en sus conductas”, expresa la especialista. Incluso, es ideal que fomenten a que el niño “asuma responsabilidad por sus actos, dándole la oportunidad de pedir disculpas y llevar a cabo una acción reparatoria», agrega.
Además, los padres deben estar conscientes de cómo ejercen el rol de crianza. Es importante eliminar todas las estrategias y conductas violentas. Hay que identificar los comportamientos impulsivos, las dificultades, las conductas de riesgo, pero por sobre todo hay que supervisar lo que está pasando en las redes sociales.
Un problema de todos
La mayoría de los “niños que están involucrados en las dinámicas de bullying, presentan patologías de salud mental que hay que identificar, tanto en los agresores como en las víctimas”, afirma el Dr. Elías Arab. Además, considera que en estas dinámicas todos son responsables, desde el punto de vista social como comunidad, la familia y la comunidad escolar. Debido a esto es que “tenemos que intervenir tanto con los niños que están en el rol de agresor y víctima, pero también con la comunidad en general que está siendo testigo de lo que está pasando”, concluye.
Por tanto, ambos necesitan apoyo y orientación para superar esta problemática y construir un entorno escolar seguro y respetuoso para todos. “Si se detecta que un niño participa ya sea como víctima o victimario en dinámicas de bullying (por lo tanto que van más allá de un episodio aislado), y tiene síntomas de salud mental, se recomienda consultar a un profesional de salud mental”, aconseja la Psiquiatra Paula Zomosa. Un psicólogo o psiquiatra infanto juvenil pueden evaluar la situación y proporcionar orientación adecuada para detener el bullying y promover el cambio.