Aunque algunos niños atópicos empeoran en verano debido a la transpiración, que afecta principalmente los pliegues de la piel, se sabe que en invierno, el cambio de temperatura, el ambiente frío y seco, y los baños más largos y calientes resecan la piel con mayor facilidad. Esto puede aumentar los síntomas de la dermatitis, especialmente la picazón y la aparición de las placas características, que ahora también pueden presentarse en las zonas del cuerpo expuestas a estas condiciones.
¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel crónica y no contagiosa. Provoca que la piel se seque, se irrite, pique y se inflame. Es común en los niños pequeños, pero puede manifestarse a cualquier edad.
Consejos para prevenir brotes en invierno
En invierno debemos tener especial cuidado, manteniendo las medidas generales y el uso de productos hipoalergénicos, optimizando la buena hidratación de la piel de la cara y cuerpo, reforzando, especialmente, la protección de mejillas, labios y manos.
La hidratación es fundamental: La crema debe aplicarse de manera generosa en toda la piel, siempre prefiriendo las emulsiones de alto contenido lipídico que puedan reparar y proporcionar la protección necesaria para mejorar la barrera cutánea, evitando la pérdida de agua transepidérmica y así disminuir la aparición de lesiones
Hora del baño: El baño tiene que ser corto con limpiador suave, debe realizarse en forma diaria, evitando las tinas de juego extendidas, la espuma y los jabones comunes.
El uso de emulsiones de alto contenido lipídico tiene una incidencia real, científicamente comprobada en la reducción de la formación de eccemas.
La indicación de medicamentos ya sea tópicos u orales va a depender de cada caso, para el adecuado tratamiento de la inflamación asociada a esta patología.