Ante la disminución de la temperatura, bajando de cero grados, los nutriólogos son los indicados para dar recomendaciones para afrontar este cambio de temporada y responder uno de los principales mitos en otoño e invierno: ¿se necesita ingerir más calorías con este clima?
La tendencia alimenticia en esta época son las comidas calientes como las sopas, budines, guisos y bebidas cálidas como las infusiones y el té. En cuanto a esto, la nutrióloga de Medicop, María Isabel Errandonea, considera que en esta temporada hay que mantener la variedad en la nutrición para obtener aporte de distintas vitaminas, minerales, y no excederse con las calorías.
Al contrario de lo que se cree, la especialista rompe uno de los mitos comunes en torno a los climas fríos, y es que “es importante considerar que la alimentación en estos meses no es sinónimo de consumo de una mayor cantidad de calorías diarias”, especificando que esta alternativa sólo es necesaria “para regular la temperatura corporal en ambientes extremadamente fríos o no preparados para éste”.
De igual forma, para aquellos que se ven más tentados por las comidas altas en azúcares, sodio, calorías o grasas en esta época, se recomienda conservar congeladas las frutas más escasas en invierno, ya que esta forma mantiene su composición vitamínica. “Además, para no olvidar consumir vegetales y frutas, y disminuir la tentación de comer bocadillos calóricos, la idea es ponerlas a la vista, tanto en el refrigerador como en el mesón de la cocina”, aconseja la nutrióloga.
Por otro lado, los alimentos que sí hay que considerar en estas temperaturas para fortalecer al cuerpo en medio de los virus, bacterias e infecciones que aparecen en este período son las proteínas, que ayudan a la función inmune y a la producción de anticuerpos “en la defensa del organismo ante agentes infecciosos”, asegura la especialista. Para incorporarlas, se pueden añadir carnes de todo tipo y clara de huevo en las sopas e incentivar el consumo de legumbres. Esta combinación proporcionará energía, minerales, vitaminas, proteína y fibra, explica la doctora Errandonea.
Por último, para complementar la alimentación en climas fríos, la especialista explica dos componentes que hay que considerar. En primer lugar, se debe mantener la hidratación durante todo el año, aunque en condiciones de frío se sienta menos sed, y en segundo lugar, mantener la actividad física.
De todas formas, siempre se recomienda consultar a un especialista para saber cómo abordar de manera personalizada la alimentación del paciente, ya que cada cuerpo, necesidades y requerimientos son distintos. “Si se necesita mayor apoyo o instrucción, se puede recurrir a un especialista que pueda evaluar las condiciones más específicas por medio de un chequeo médico nutricional”, aclara la nutrióloga de Medicop.