Karen Muci, Psicóloga Infantojuvenil.
Como psicóloga infanto-juvenil por mas de 25 años, he podido observar la delicadeza y simpleza, y sabiduría de los niños, quienes perciben muchas más cosas de las que nosotros los adultos creemos. Presentan un mundo interno, frágil que necesita armonía, acompañamiento, cariño y humanidad, para poder desarrollarse plenamente. En una sociedad hiperconectada pero emocionalmente distante, con padres y madres desconcertados frente a la crianza, a veces sin entender la responsabilidad que tienen frente a sí, enseñar empatía se vuelve un acto casi revolucionario, y a veces extraño para algunos. Más allá de ser una “habilidad blanda”, la empatía es el núcleo de toda convivencia sana, y una de las competencias emocionales más determinantes para la vida.
Empatizar es ponerse en el lugar del otro, pero también es conectar emocionalmente con lo que otro siente sin perderme a mí mismo.
Es una herramienta vital y urgente para la convivencia, el respeto y la resolución pacífica de conflictos. Cuando enseñamos a nuestros hijos a ponerse en el lugar del otro, les damos una brújula moral y emocional para navegar la vida.
La alfabetización emocional no solo educa corazones: construye sociedades más humanas.